jueves, 5 de agosto de 2010

Furia de Patanes, o como gastarse el presupuesto en unas maravillosas vacaciones...

Ver Furia de Titanes es un ejemplo de que las 3D mal ejecutadas pueden costarle más de un disgusto a las productoras y sobre todo, al espectador. En plena era post Avatar, con sus increíbles escenarios tridimensionales hechos por y para el formato, resulta cuando menos curioso que la propuesta de Warner con el remake del clásico del 82 sólo sea capaz de mostrar un Tenerife raruno y unas 3D de andar por casa. Y si por lo menos solo fuera eso, nos conformaríamos con ver el film tan solo en 2D, pero ni con esas se sostiene esta nueva Furia de Titanes.




Empezando por lo más básico, recordemos que en la original partía por una base claramente nostálgica, al ser el último trabajo de Harryhausen con sus espectaculares criaturas stop motion, además de ofrecer a unos cuantos actores de los años 70 embutidos en vaporosos trajes en un Olimpo Pop memorable. El argumento, más o menos previsible daba un bofetón a los Cantos de los Poetas Griegos y reinventaba la historia a su manera.



¿Qué nos ofrece esta nueva Furia de Titanes? Pues la misma historia, el mismo romance (nulo) el mismo desarrollo de personajes (ninguno), pero si le quitamos las criaturas de Harryhausen y las sustituimos por otras generadas por ordenador y el Olimpo Pop por el plató de Sálvame Deluxe con los Caballeros del Zodiaco como invitados de excepción, no nos queda mucho que rascar.

Lo poco que tiene bueno es que, afortunadamente, la película no llega a las 2 horas, entretiene y aunque es muy recurrente con los FX también se agradece cierta tendencia al cartón – piedra y al maquillaje tradicional en muchos momentos, aunque esta versión pedía a gritos el regreso de criaturas animatronicas (¿Por qué ya no las utilizan?) y estar algo más cuidada estéticamente. De hecho, en ocasiones roza la serie B con presupuesto millonario, lo que sospechamos, que gran parte de los 100 millones se ha invertido en unos días de lujo en la capital Tinerfeña….



En resumen, un regreso al fantástico bastante entretenido, pero tan insulsa y falta de garra que os olvidareis de ella antes incluso de que termine. Un Olímpico despropósito.

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