domingo, 24 de octubre de 2010

TRUCO O TRATO. Miedo y diversión en la noche más terrorifíca del año


A veces las distribuidoras toman extrañas decisiones que afectan directamente al público. Unas veces, el origen de estas decisiones pueden provocar que una film de bajo presupuesto que se convierta en una de las sagas más importantes de la década, como Saw, que iba directamente al DVD y acabo estrenándose en cines con un resultado que sobra decir (económicamente hablando, claro). Otras veces, películas esperadas por gran parte del publico fiel al terror acaban guardadas en un cajón por estúpidos piques entre compañías y productores.

Este es el caso de Truco o Trato, uno de los film de terror más esperados de los últimos años y que al final ha sido “condenada” al mercado DVD sin paso previo por cines.

En Truco o Trato nos encontramos con una sucesión de historias que nos remiten continuamente a las clásicas Historias de la Cripta o Creepshow, tanto estéticamente (el estilo cómic de la primera) como en el aspecto coral del reparto, pero ambientadas en la noche de Halloween, esa celebración a la que todos hemos deseado asistir alguna vez….

Decir que precisamente uno de los puntos más destacables del film es sin duda esa ambientación festiva, realmente terrorífica que nos resulta extrañamente familiar. Todo está rodeado de un aura ochentena, de emisión televisiva, algo parecido a lo que hicieron Tarantino y Rodríguez con su díptico Grindhouse pero sin las ambiciones de esta y cambiando los dípticos cinematográficos por los clásicos maratones de cine de terror que todos hemos visto en series o películas de miedo.


Las cuatro historias que se entrecruzan tienen una calidad bastante alta, ofreciendo auténticos momentos de tensión y terror puro en la mayoría. En cambio, otras se nos antojan bastante infantiles (en apariencia), supongo que dirigidas a un público más adolescente, pero definitivamente macabras. No obstante, la estupenda dirección de Michael Dougherty y el genial diseño de producción es un punto a su favor, y viene arropada por un implicado plantel de actores que se dejan la piel (algunos, literalmente…) como si de un juego se tratará. Mención especial a las geniales interpretaciones de Dylan Baker o el de Brian Cox, en las dos mejores historias de la película, y por supuesto, esa extraña criaturita, entrañable y terrorífica a la vez que responde al nombre de Sam.


Se nota que se ha puesto cariño en todos los apartados, y es una pena que no haya tenido la atención que se merecía por parte de su productora. Pero en el fondo podemos quedarnos con lo importante: Truco o Trato al tener un carácter televisivo muy marcado, es perfecta para ver con amigos una noche de sábado, ya que ante todo, es una película cómplice con el espectador, terrorífica a su manera y sobre todo, muy entretenida.

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